Yo misma he aplicado estas 6 pautas para transformar mi casa y tú también las debes conocer si quieres ahorrarte dinero y dolores de cabeza.
Confiésame algo.
Palabras como reforma u obra te generan rechazo o pereza nada mas escucharlas ¿verdad?
No eres el único. De hecho, te diré más. En parte, a mí también me pasa cuando se refiere a mi casa. Porque aunque llevo años dedicándome al mundo de la construcción y las reformas cuando se trata de tu propia casa el asunto se vuelve más sensible.
Aunque te parezca lo contrario mi idea no es desanimarte. Simplemente quiero que sepas que entiendo perfectamente tu pereza.
Pero también quiero que sepas que nada es tan terrible y que si lo haces con ilusión la cosa cambia. La pereza empieza a quedar atrás en cuanto te pones en acción. Solo tienes que saber llevarlo con filosofía.
Porque la reforma de tu casa, no es un dolor de cabeza sino el proceso que va a llevarte a transformarla en tu refugio favorito.
De eso se trata. De hacerlo genial para que puedas disfrutarla. Y créeme si te digo que también puedes disfrutar del proceso, de ver cómo, paso a paso, tu casa evoluciona y va tomando la forma que tu quieres.
Estate atento porque las claves que yo misma he aplicado para vestir y renovar mi casa sin invertir una fortuna también te sirven a ti.
1. Haz una reforma con sentido
Con cabeza, si. Con sentido común y aprovecha todo el potencial que tiene tu casa. Tu vivienda ideal no tiene por qué ser una casa que diseñas desde cero.
Puedes transformar un espacio que a priori resulta poco atractivo en tu hogar renovando lo mínimo y de forma estratégica.
¿Qué quiere decir esto?
Pues que no hace falta tirar toda la casa y hacer una reforma integral para conseguir grandes mejoras.
Optimiza los espacios y aprovecha los recursos que tienes.
Voy a lo concreto. Te cuento lo que he hecho en mi casa.
Con un presupuesto reducido y con una reforma estratégica he conseguido:
- Ampliar los 2 baños y hacerlo mucho más prácticos.
- Eliminar 1 pasillo, aprovechando este espacio para los baños.
- Ampliar la cocina, simplemente eliminando la pared que separaba la cocina y la habitación de servicio, creando así un espacio de comedor.
- Unificar recibidor y salón, generando mayor sensación de amplitud.
- Un armario empotrado en mi habitación.

Todo esto reformando lo mínimo y actuando solamente en las distribuciones de baños y cocina.
Con una reforma parcial puedo decir que he conseguido transformar la casa.
2. Diseña una distribución super funcional
Es la clave de todo. A todos nos gusta tener una casa bonita, pero si no es cómoda no sentirás que es tu refugio, ni podrás disfrutarla como te mereces.
Ten en cuenta siempre cuál es tu estilo de vida.
Ponte a pensar en cómo disfrutas de tu casa y qué es lo que haces en cada estancia.
Tal y como te he contado, en mi caso, reformando algunas estancias y eligiendo materiales y mobiliario práctico he conseguido una distribución que me encanta, y que sobretodo hace que mi casa sea mucho más funcional que antes.
En la cocina apenas había espacio para sentarse a comer, tenía muchos recovecos y rincones poco provechosos. Ahora, sin embargo, es una cocina de casi 18 m2 con una zona de comedor y una distribución de mobiliario super practica.

Los baños ahora son mucho mas amplios y cómodos. El baño pequeño tiene la misma superficie que antes, pero la disposición de la puerta hace que todo cambie.
Antes la puerta abría hacia la bañera. Ahora abre hacia la pared, por lo que moverse por la estancia ahora es mucho mas fácil.

En la habitación ahora tengo una armario empotrado que hace que tenga mas espacio de almacenaje y que la habitación se vea mas despejada. En lugar de tener un gran armario nada mas entrar en la habitación, ahora he elegido disponer una cómoda que come menos espacio visual.
He reducido los pasillos a la mitad. Me gustan los espacios abiertos y siempre evito tener pasillos y puertas. De manera que he aprovechado ese espacio para agrandar los baños. 2 pájaros de 1 tiro. ¿No es genial?
3. Elige materiales tradicionales que funcionan
El mercado evoluciona rápido y cada día salen nuevos productos. Muchos funcionan de maravilla, pero no te recomiendo que experimentes con materiales que no conoces, solamente porque te han dicho que es lo “último” y se ve precioso.
Te cuento lo que me pasó a la hora de elegir muebles de lavabo y encimera.
En uno de los almacenes donde compré parte de los materiales y equipamiento de baños me propusieron colocar encimeras de carga mineral en los lavabos. Hoy en día se están colocando mucho, porque se pueden hacer a medida y el resultado estético es atractivo. Pero, lo cierto es que no me había tocado trabajar con este tipo de material hasta el momento y no tenía claro si me iba a resultar práctico para mi casa.
Tras ver varias exposiciones con lavabos de este material la idea seguía sin convencerme porque me fijé en que varios presentaban sombras que no me gustaban un pelo.
Así que decidí no arriesgar y finalmente opté por colocar lavabos con encimera de porcelana: un material que conozco, que sé por experiencia que es fácil de limpiar, da buen resultado y además sale bastante más económico.
Ojo: con esto, simplemente, te estoy contando mi punto de vista y lo que es más importante para mí. En ningún caso rechazo otras opciones.

4. Aprovecha las ofertas y las opciones económicas
El mercado, además de evolucionar rápido, es muy amplio, por no decir infinito. Puedes encontrar materiales, muebles y elementos de todo tipo a precios muy económicos.
Low Cost no tiene porque ser sinónimo de cutre. Para nada. De hecho soy muy fan de lo económico, porque agradezco que haya soluciones y opciones al alcance de todos.
Hay muchas cositas apañadas de calidades más que aceptables.
Ahí están las tiendas como la gran IKEA que tienen una gran variedad al alcance de todos. Otras tiendas no tan grandes como es LUFE también es una genial opción para vestir tu casa con madera maciza y con precios muy económicos.
Dentro de los materiales como son las baldosas y azulejos la gama también es muy amplia. Márcate un margen de precios y pide que te enseñen materiales que estén dentro de esos límites que te has propuesto. Estoy segura de que encontrarás materiales que te encantarán sin que tengas que fijarte en lo más top.
Eso si, si tienes algún capricho puntual permítetelo. Si por ejemplo, tu baño es pequeño y tienes pocos m2 de suelo no habrá tanta diferencia entre comprar una baldosa de 20 euros/m2 o 50 euros/m2.
Por otra parte, si hay algo que te haya enamorado y no es un imprescindible o urgente para que puedas vivir en tu casa, espera a que salgan ofertas. Suscríbete a las tiendas y así estarás informado de todo.
La alfombra de Lorena Canals de la habitación de mi peque, por ejemplo, fue un capricho. Me encantó en cuanto la vi, pero como no era un imprescindible esperé para aprovechar una promo.
Lo mismo hicimos con nuestro sofá de Ikea. Con la tarjeta Ikea Family y con un poco de paciencia la compramos 100 euros más barata.

5. Conserva y restaura piezas originales o heredadas
Muebles o revestimientos que estén en buen estado, por ejemplo.
El suelo de mi casa es de madera y la conservamos a pesar de que ya tiene un montón de años. La casa es de los 70 y creo que el suelo será de cuando la construyeron. ¿Casi nada, eh?

El suelo no estaba muy presentable cuando vimos la casa por primera vez, pero tras cepillarlo y barnizarlo ha quedado genial.
Ya llevamos casi un año viviendo en la casa y cada día estoy más satisfecha de haber conservado el suelo original.
Además, le da carácter a la casa. me encanta que conserve parte de la esencia de la casa.
En el trastero tengo varios complementos que estaban en la casa: marcos de fotos, algún cuadro, un espejo y alguna cosita más esperando a que algún día me decida a tunearlos.
A parte de esto, mi jefe (que ya no lo es…pero que siempre le llamaré jefe) me regaló un arcón y un espejo que tenía en casa. Son propios de una casa de pueblo, pero me encanta aportar un toque diferente a través de muebles de distintos estilos.
El arcón es una gran aportación porque gano espacio de almacenaje en el salón. En él guardo mis maletas de viaje.

6. Elige colores neutros y materiales que no pasen de moda
Al menos como base de la decoración te recomiendo que elijas colores neutros y claros. Siempre es un acierto.
Con respecto a los materiales y al mobiliario principal ten en cuenta que no vas a renovarlos en años, así que piensa opciones atemporales.
Aporta personalidad y diferenciación a través de detalles decorativos que en el futuro puedes cambiar con poca inversión.
Pasado un tiempo puedes hacerte con nuevos complementos, consiguiendo así un look renovado.

En mi casa he utilizado algo de color en las paredes, pero en tonos apagados: beiges, gris y verde muy claro para la habitación del peque.
Los muebles mayoritariamente también son blancos y de maderas claras.
Y como puedes ver he puesto color en algún mueble de forma puntual y en complementos decorativos como son los textiles.