¿Buena casa o buena cara?
Bueno, pues las dos cosas. Soy de las que piensa que la actitud es vital a la hora de afrontar los malos tiempos, pero sin duda la casa también lo es.
Hace unos días comentaba con mi suegro que muchas veces nos asustamos cuando vemos cuánto tenemos que pagar por las reformas o mejoras que tenemos que hacer en nuestras casas a lo largo de la vida: ahora voy a reformar los baños, ahora toca cambiar electrodomésticos, ahora toca renovar la fachada...
Claro, visto así uno se aturulla.
Pero tal y como me decía mi suegro:
El confort no tiene precio. Es algo que no podemos valorar.
¿Cuánto cuesta o valoras el estar bien en tu casa? ¿Cuánto vale tu bienestar, tu salud?
No puedo estar más de acuerdo con él. Y no es porque sea mi suegro y quiera hacerle la pelota.
A veces nos obcecamos con las cifras y con lo que cuestan económicamente las cosas y se nos olvida que esos números nos pueden dar lo más importante en nuestra vida: nuestro bienestar.
Para mí es así de sencillo.
Así que sí: al mal tiempo, vamos a ponerle buena casa.
1. Porque es tu refugio, donde escapas de todo y te sientes seguro
Si no es así, así debería ser.
Cuando hablamos de mal tiempo no solo hablamos de la climatología, sino de lo que ocurre ahí fuera, del estrés que vivimos en el día a día, de todo lo que mueve en nosotros la dichosa pandemia.
¿Y qué pasa cuando vuelves a casa? ¿Cuándo estás en casa? ¿Tu casa te protege de todo ese mal tiempo? ¿o te sientes igual de atormentado?

Durante el 2020 mucha gente ha descubierto la relación que tiene con su casa. Relación de amor o de odio. Muchos se han dado cuenta de que realmente disfrutan de ella. Algunos han decidido ponerse manos a la obra y mejorarla. Otros se han mudado porque no aguantaban seguir entre esas 4 paredes. Otros siguen odiando su casa porque creen que no tienen más opciones y que es lo que hay.
Pero todos nos hemos dado cuenta de que tener un hogar acogedor no es un capricho, sino una necesidad.
Da igual el tiempo que pases en tu casa. Cuando estás en tu casa quieres relajarte y quieres olvidarte de todo el ruido exterior.
2. Porque así cuidas tu bienestar y el de los tuyos
Escribiendo este subtitulo recuerdo lo que me contaba Eider.
Hace 3 años que la conozco y los primeros años le he escuchado muchas veces lamentarse de su casa: de lo fría que es, de las humedades que hay y de que está harta. Harta no, hartísima.
Hasta hace un año vivía en una casa que más que cargarle las pilas la consumía. Más que nada por la humedad que tenía en las paredes y en el ambiente. Y eso le preocupaba, por ella misma, pero también por sus hijos pequeños.
Yo la entendía bien porque también viví en una casa donde había mañanas que al salir de la cama pisaba sobre agua.
Si, gotitas de agua de la condensación que había. La ropa que guardaba bajo la cama la tuve que tirar porque después del invierno apareció verde y con manchas que no se iban.
En este caso la solución fue mudarme, al igual que para Eider.
Eider ahora está feliz en una nueva vivienda, que no tiene humedad y donde puede relajarse.

3. Porque es tu inversión más preciada
Puede que tengas otros caprichos, pero no se me ocurre ninguna inversión más importante que una casa.
Seguramente tu gasto más importante durante toda tu vida va a ser tu vivienda.
Tal vez no quieras comprar una casa en tu vida. Hay mucha gente que vive de alquiler y es perfecto. Pero incluso el alquiler es una inversión. Mes a mes estás gastando muchos cientos o miles por esa vivienda.
Más vale que sea buena casa, ¿no te parece?
Y si no la ves tan buena, hay muchas cosas que puedes hacer para mejorarla, no tengas ni duda. Empieza con estas 4 ideas.
4. Y porque no hace falta ser rico para tenerla
Nunca me cansaré de repetir que con poquito puedes hacer que tu casa mejore radicalmente.
Imagínate, el solo hecho de repintar una estancia hace que parezca otra.
Bueno, no te lo imagines, mejor míralo:

Trabajamos la propuesta de diseño de esta hermosa terraza invirtiendo menos de 1.300 €.
Puedes cotillear algunos proyectos que he hecho hasta ahora, donde te pongo cual ha sido la inversión para cada caso.
Lo importante es que hagas el cálculo de cuánto puedes invertir y que emplees ese dinero de forma inteligente: trabajando un diseño previo y montando un planning.